Será la boda del año. Apenas faltan horas para que Ana Boyer, la hija de Isabel Preysler y Miguel Boyer, contraiga matrimonio con el tenista Fernando Verdasco. Y si será uno de esos enlaces sobre los que correrán ríos de tinta, el peso de los protagonistas y el culebrón familiar que han envuelto a este esperado evento, han logrado que durante semanas sea uno de los temas del corazón más comentados.
Mucho se ha escrito ya sobre la supuesta mala relación entre la familia Preysler y la familia Verdasco, la cual podría alejarse mucho de la idílica estampa a la que nos tienen acostumbrados. Pero si hay una persona sobre la que se ha puesto el foco cenital, esa es Mario Vargas Llosa.
El Nobel peruano ha sido el primero en llegar junto a su pareja, Isabel Preysler, a Mustique, en las Bahamas, el paradisíaco entorno en el que tendrá lugar el enlace. Y sorprende que sea precisamente Vargas Llosa el invitado que más prisa se haya dado en llegar, en calidad de pareja de la madre de la novia, claro está, pero sin que podamos dejar de lado los rumores de incomodidad que su presencia provocaría a la novia.
Según confirmó ‘Jaleos’, fuentes muy cercanas a los novios aseguraron que Ana Boyer nunca ha aceptado la relación de su madre con el escritor. Incluso achacaron la marcha de la hija pequeña de Isabel Preysler de la casa de esta, precisamente por no soportar ver pululando por ella a la nueva pareja de su madre, cuando ni siquiera había pasado un año de la muerte de su padre, Miguel Boyer.
Pero a Ana le corre la sangre Preysler por las venas, y si de algo saben en la saga familiar, es de corrección. La novia ha sido comprensiva con su madre y entiende que esta quiera ir acompañada de su actual pareja, motivo por el cual no se habrá planteado la posibilidad de no invitar al Nobel. Pero si lo que pretendía Ana Boyer era que la presencia del escritor no robase protagonismo a los novios y al enlace en sí, lo cierto es que con todas estas informaciones vertidas durante los días previos a la boda, se ha conseguido lo contrario.
Mario Vargas Llosa es hoy el centro de atención y seguramente lo será cuando, por primera vez, pose junto a Ana Boyer vestida de novia.
Confiemos en la buena educación de los hijos de Isabel Preysler, siempre tan políticamente correctos, y en que Ana Boyer no convertirá el día de su boda en ‘La guerra del fin del mundo’. Será un enlace precioso, preparado al detalle, al que le seguirá una exclusiva fiesta, que no se transformará en la del chivo. Ana dejará las ‘Travesuras de la niña mala’ para otro momento y aceptará el protagonismo de Mario Vargas Llosa con buenas maneras, aunque sea de mala gana.
Twitter: @TwiSalvameDelux
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