'Sálvame' lleva dos días dedicados a los vecinos de Lydia Lozano. Que si se quejan de la colaboradora, que si no le permiten hacer fiestas e, incluso, critican su (poca) vestimenta dentro de su propia casa. Tanto elucubrar con los vecinos, su educación y la proximidad de una casa con otra, que en Vanitatis nos hemos propuesto descubrir dónde habita una de las colaboradoras más populares de Telecinco. Dicho y hecho.
Un 'hotelito' bohemio
Las imágenes de la cadena en los directos de estos días nos enseñaban una fachada de color rojo de una casa unifamiliar, una imagen determinante para el ojo avizor de los expertos en inmobiliaria de esta redacción. Se trata de lo que se denominaban 'hotelitos', unos chalés adosados, con tipología homogénea, de principios de siglo pasado que estaba en el extrarradio de la ciudad. La más popular (y aristocrática) es la de El Viso, pero la ciudad de Madrid tiene otras 35 más.
El de Lozano y su marido, el arquitecto Charlie, se sitúa en la denominada colonia Ciudad Jardín Alfonso XIII, en los antiguos terrenos del extinto pueblo de Chamartín de la Rosa, donde viven otras celebridades como Ana Belén y Víctor Manuel, que pasan desapercibidas en el barrio si no es porque a veces bajan al bar de la calle Celindas.
Esta colonia antiguamente estaba a los pies del arroyo Abroñigal, un afluente del río Manzanares que fue soterrado y es la actual M30, por lo que parte de las casitas quedaron expropiadas por esta gran carretera circular. Como bien sabrá el marido de Lydia Lozano, estos hotelitos se promovieron en 1919 por iniciativa de Pablo Iglesias (el líder de Podemos: no) y Jaime Vera para los afiliados a la Casa del Pueblo.
Sede social de sus empresas
La casa de Lydia Lozano es un recogido edificio de tres alturas rehabilitado en perfecta armonía con el resto, que para eso su marido es arquitecto. La suma de metros construidos alcanza los 236 y tiene una pequeña piscina y un jardín de menos de 30 metros que bordea la misma. Un refugio de ensueño, con un toque bohemio y alejado de los casoplones en urbanizaciones de lujo de otros presentadores. Eso sí, aquí la presentadora puede hacer vida de pueblo en el corazón de la ciudad, pero con el inconveniente de que todos se conocen. Ya se sabe: adiós al anomimato cuando uno está a pie de calle.
El hogar de esta pareja es la sede también de las dos sociedades de Lydia: Quetecalleskarmele S.L, ya extinta, y la que comparte con su marido: Análisis e Inversiones Hardisson Sl, que goza de buena salud económica y tiene un poderoso activo que supera los 600.000 euros.
Esperemos que Lydia y sus vecinos encuentren la paz cuanto antes, que la zona (y ellos mismos) se lo merecen.
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