La crisis de Paula Echevarría y David Bustamante ha sido el terremoto mediático de una primavera algo tibia en el mundo 'cuore'. Y como pasa siempre, una noticia hace que surjan muchas más, aunque estas pertenezcan a un pasado remoto. En este caso, habría que viajar hasta 2003, cuando Paula no era más que una jovencita a la que pocos conocían como actriz. En aquella época, la protagonista de 'Velvet' estaba a punto de saltar a la fama gracias a la serie 'El comisario' y ya se había cruzado con David Bustamante, aunque no había ocurrido absolutamente nada entre ellos. Echevarría acudía al mismo gimnasio al que iban David Beckham, Elsa Pataky y José Coronado, el Metropolitan, situado en la madrileña calle José Abascal. El último de estos era el que verdaderamente parecía interesarle.
Fue Sergio Pellón, amigo íntimo del actor, el que acabó presentándolos y se convirtió en el inesperado celestino de una relación entre Paula y Coronado que sería bastante fugaz. Pese a su brevedad, sí llegaría a oídos de la prensa. La prueba son las fotografías de ambos en uno de los viajes que hicieron al hotel Abama de Tenerife. En las instantáneas, una Paula en plena juventud, con piercing en el ombligo, bronceado impoluto y una flor en el pelo, aparece en en el aeropuerto junto al actor de 'No habrá paz para los malvados'. Gran parte del entorno de la pareja se preguntaba qué hacían los paparazzi ahí. A algún dedo acusador le dio por señalar a la pipiola actriz como la responsable de haber avisado a la prensa.
Eso sí, el segundo viaje en el que fueron sorprendidos por los reporteros gráficos, esta vez a la casa de los Pellón en el Ampurdán, fue el último. No se sabe por qué, pero la pareja se deshizo a partir de ese momento. Unos dijeron que, rodeado nuevamente de fotógrafos, Coronado no soportó la presión mediática que se le avecinaba si lo relacionaban con la actriz. Otros volvieron a comentar que había sido ella la que había vuelto a avisar a los paparazzi para que inmortalizasen el momento.
El caso es que el romance exprés se quedó justamente en eso. Coronado, un donjuán de manual con una carrera profesional que iba aumentando en prestigio, pronto encontraría acomodo en los brazos de Elena González de Prado, con la que incluso viviría en el mismo domicilio hasta bien entrado el año 2012. Por su parte, Paula encontraría la fama con el personaje de Clara Osma en 'El comisario'. Cada uno por su lado. Aquí paz y después gloria.
Más de una década después, la imagen de Paula Echevarría está tan intrínsecamente unida a David Bustamante que es casi imposible recordarla con otra persona. La Paula de aquel 2003 jamás habría imaginado en quién se iba a convertir o quién iba a ser. Tampoco en la expectación que iba a levantar.
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