No es que la corona británica sea muy proclive a las muestras de amor en público por parte de sus integrantes, pero el príncipe Harry y Meghan Markle creen que saltarse este férreo protocolo es de recibo porque demuestran lo enamorados que están. Fuera barreras, prejuicios y opiniones contrarias, se quieren y no hay problema en demostrarlo.
Por eso se han dado un espectacular beso de película que recordaba al que se dieron a las puertas de la capilla de San Jorge el día de su boda. Un detalle que no es baladí ya que ha vuelto ser en Windsor donde han sacado a relucir su faceta más romántica, quizás porque les recuerda al mejor día de sus vidas. El cariñoso gesto entre los duques de Sussex ha tenido lugar a la finalización del partido de polo solidario que jugaba el príncipe Harry. Justo en el momento que tenía que recoger el trofeo, el nieto de Isabel II quiso compartir el triunfo con su esposa, la agarró de la cintura y la besó en los labios ante el deleite del público y de la propia Meghan Markle.
Con este beso demuestran que no tienen ningún problema en exhibir su amor y que están ajenos a todas las polémicas que levantan sus supuestos errores de protocolo. Pese a ser miembros de una familia real muy tradicional en lo que a normas de conducta se refiere, Harry y Meghan están dispuestos a romper ese prototipo de formalidad con muestras de amor como esta.
Otro punto de interés fue el vestido que eligió Meghan Markle para un día importante en la agenda de su marido. Un look confeccionado en tejido denim por Carolina Herrera y cuyo precio supera los 2.000 euros. Como complementos, unos stilettos en tono nude, que con un clutch de mimbre.
Twitter: @TwiSalvameDelux
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