A Sara Montiel le gustaba invitar a los paparazzi y periodistas que hacían guardia a las puertas de su madrileño ático dúplex a merendar. Les servía un café con bizcocho y les atendía amablemente. Sara sabía que tenía una casa "maravillosa", como a ella le gustaba decir y presumía de paredes y obras de arte.
Sus 200 metros útiles, 147 de terraza y una gran piscina en pleno barrio de Salamanca eran el escaparate perfecto para colocar su famoso tibor, el comedor de estética chinesca y su icónica lámpara de las guirnaldas estilo art nouveau, la escultura de mármol de alabastro o la importante colección de pinturas que pertenecieron a la actriz, objetos de culto que tras su muerte (la diva falleció el 8 de abril de 2013) fueron vendidos en la joyería Molina Cuevas. La protagonista de 'Veracruz' quiso vender su inmueble de la calle Núñez de Balboa antes de morir, a través del portal Idealista. Murió sin ver cerrada la venta, que llevaron a cabo sus herederos universales,Thais y José Zeus, tres años después.
En vida, la artista aseguró que su casa no la bajaría de tres millones de euros y así fue. La venta no se cerró hasta el 29 de marzo de 2016. El afortunado comprador del dúplex y su plaza de garaje correspondiente fue un acaudalado empresario mexicano y fan de la actriz: Joel Juárez Fernández (1952), sobrino del recientemente fallecido Antonino Fernández, un niño pobre de una aldea de León que emigró a México en la posguerra y que acabó heredando todo el imperio del Grupo Modelo, la empresa cervecera más famosa del país azteca, cuyo producto más emblemático es la cerveza Coronita.
Una lluvia de millones para sus sobrinos
El millonario Antonino Fernández falleció el pasado 31 de agosto sin hijos y sus sobrinos tomaban parte activa de sus negocios y es aquí donde aparece el nombre de Joel Juárez Fernández. El actual titular de la casa de Sara Montiel fue consejero de la extinguida Seeger Industrial SAU, una sociedad que en 2011 fue absorbida por la sociedad cervecera Gmodelo Europa SAU. Igualmente, Joel Juárez ha actuado como representante del Grupo Modelo en distintas operaciones en España, por lo que se deduce que era un hombre de confianza de Fernández.
Joel Juárez Fernández tiene además varias tierras en herencia (cinco parcelas de titularidad compartida con otros parientes) en el municipio deVegas del Condado, de donde era oriundo su tío. A la muerte de este último el pasado mes de noviembre se ha especulado mucho con el destino de su fortuna (el empresario invirtió en mejorar las instalaciones de su pueblo). No sabemos a ciencia cierta si Joel Juárez fue uno de los herederos del patrimonio de su tío, estimado de 198 millones de dólares, pero, tal y como publicó el 'Diario de León', el magnate dejó medio centenar de herederos a ambos lados del Atlántico. Fernández no tuvo hijos y es el último de 13 hermanos en fallecer, por lo que "una lluvia de millones de dólares" ha ido destinada a decenas de sobrinos.
El grupo Corona generó tal crecimiento que al final fue vendido a la sociedad belga Anheuser-Busch InBev en 20.100 millones de dólares. Cifras espectaculares en un grupo que atendía, entre otras cosas, todas las fases de producción, envasado y distribución de la cerveza Coronita, con una facturación anual de 4.000 millones gracias a su expansión en 170 países.
El magnate era muy querido por sus paisanos leoneses, ya que invirtió parte de su legado en la provincia, donde destaca la Fundación Cerezales Antonino y Cinia, una institución de carácter privado -situada en las antiguas escuelas de la aldea de Cerezales del Condado-, orientada "al desarrollo del territorio y a la transferencia de conocimiento a la sociedad mediante dos vías de acción: la producción cultural y la etnoeducación", según reza en su web. Casualidades del destino, una familia relacionada con el México que tanto veneró a Sara Montiel ha acabado comprando su más preciado inmueble.
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