Hasta hace algo menos de un año, los menos cinéfilos apenas conocían el nombre de Harvey Weinstein. Meses después de la publicación del reportaje de Ronan Farrow y de las denuncias de Asia Argento o Rose McGowan, el que fuese el todopoderoso mandamás de Miramax se ha convertido en un emblema de los abusos sexuales y el impulsor indirecto de un movimiento neofeminista que marcó 2017 y que, sin duda, marcará esta década.
Este viernes, Weinstein se ha entregado a las autoridades de Nueva York que investigan las acusaciones de abuso y violación contra él. Algo que ya anunciaba gran parte de la prensa estadounidense. La metrópoli ha vivido con expectación todo lo ocurrido con el hombre más polémico (Trump aparte) de Estados Unidos. "Harvey Weinstein se entregará a la policía de Nueva York para hacer frente a las acusaciones criminales", titulaba ABC News anticipando lo que finalmente ha ocurrido. Otros medios también se hacían eco de las declaraciones de los oficiales. PBSO aseguraba que "se espera que se entregue según los oficiales" en su titular.
Después de su entrega voluntaria, este viernes supone un punto de inflexión en la interminable historia de 'Harvey, el acosador', tal y como cualquier avezado magnate de Hollywood llamaría a este culebrón.
Los detectives de la policía de Nueva York ya anunciaban esta semana que estaban listos para seguir la orden de Cyrus Vance, fiscal del distrito de Manhattan, y detener al productor. Los cargos relacionados con esta detención tienen que ver con la denuncia de la actriz Lucia Evans, a la que supuestamente forzó para practicar sexo oral allá por 2004. Aquello no ocurrió en Hollywood, sino en el barrio de Tribeca de Nueva York, por eso es la policía de esta ciudad la encargada de seguir el tema.
También se investiga la denuncia por violación de la modelo Ambra Battilana Gutiérrez, que había sido archivada en 2015 y apenas salió a la luz. Otra acusación más que proviene de la ciudad de los rascacielos: la de Paz de la Huerta, que ha afirmado que fue violada por el productor dos veces en 2010. La violación se produjo justo en una época en la que Weinstein estaba sometiéndose a un tratamiento para superar su adicción al sexo.
En total, son casi 80 las mujeres que han acusado al gerifalte de Miramax de abuso y agresión sexual. La suma de acusaciones ha sido tal que ha hecho que muchos supuestos acosadores de la industria cinematográfica salgan a la palestra. Habrá que ver cómo se vive la entrega de un Weinstein que quiere empezar a expiar sus faltas por su propio pie.
Twitter: @TwiSalvameDelux
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