Ver para creer. Este fin de semana se celebró en Luxemburgo la procesión de la Octava de Cristo y, como es habitual, la familia gran ducal asistió casi al completo a los actos. Tan solo faltaron los príncipes Félix y Claire con sus dos vástagos, Amalia y Liam, que según la prensa del país se quedaron en su residencia en Francia. La ausencia de Claire, quien siempre ha destacado por una elegancia innata, se notó mucho, sobre todo porque sus cuñadas, Stéphanie y Alexandra, no acertaron con su vestuario y mucho menos con sus tocados.
La gran duquesa heredera Stéphanie apareció con un vestido blanco que combinó con una chaqueta roja, cartera de mano a juego y peep toes blancos. Hasta ahí todo más o menos aceptable. Sin embargo, no entendemos esa especie de tocado bandeau que se colocó sobre la cabeza, bueno... sobre la frente. La esposa de Guillermo eligió un diseño parecido a un turbante con una flor en el lado izquierdo que no la favorecía en absoluto, sobre todo porque peinó su rubia cabellera con un moño estructurado con el que parecía llevar un casco sobre el tocado.
Alexandra, hija de los grandes duques Enrique y María Teresa, tampoco estuvo acertada al elegir su complemento para la cabeza. La princesa se decantó por un vestido azul que combinó con complementos en negro: bolso de Chanel, rebequita y cinturón de cuero para marcar silueta. Pero fue la pamela lo que nos dejó sin palabras. Un maxipamelón de rafia azul con un ribete de líneas rojas y blancas que escondía unos tirabuzones de lo más anticuados.
Viendo estos desastres en cuestiones de tocados, no podemos dejar de pensar en las hermanas York cuando acudieron a la boda de los duques de Cambridge. Beatrice y Eugenia se convirtieron en protagonistas de todas las críticas al elegir la primera un tocado crudo que nos vemos incapaces de describir y la segunda, uno en azul tipo barco con unas flores moradas y plumas blancas. Juzguen ustedes mismos.
Twitter: @TwiSalvameDelux
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