Este verano, Marta Gayá se ha convertido en uno de los personajes de actualidad por su pasada relación afectiva con el rey Juan Carlos. Las grabaciones del CNI, que se hicieron públicas en marzo del 2017, demostraban que para el ex jefe del Estado, había sido la mujer de su vida. Al menos así se lo comunicaba a su interlocutor, que no era otro que su fiel escudero, Josep Cusí. "Nunca he sido tan feliz", decía el Rey emérito.
La dama desapareció de la escena y no se volvió a saber de ella hasta este mes de julio, cuando acompañó al Rey en su periplo vacacional. Sus amigos acudieron en julio invitados por el magnate de origen mexicano Allen Sangines-Krausse a la inauguración de una iglesia convertida en museo en Clomellon (Irlanda). Un vídeo doméstico demostraba la presencia de la que en su día fuera pareja y ahora fiel amiga. Gayá no le dio más importancia a las informaciones publicadas y continuó con su vida de siempre.
Volvió a Mallorca para disfrutar del verano con sus grupo de amigos de toda la vida. Y, por supuesto, sin esconderse. "No hay razón para hacerlo. No se ha beneficiado económicamente de su relación con el Rey y lo mucho o poco que tiene no tiene que ver con influencias reales".
La agenda vacacional de Gayá ha incluido sus paseos en barco. Precisamente en una de estas jornadas de navegación la han fotografiado junto al galerista John Guaita; la hermana de Marta, casada con el doctor Rosselló; y un amigo que no es otro que el empresario José María López de Letona.
Las imágenes publicadas en 'OK diario' este jueves demuestran la buena sintonía de Marta Gayá y su acompañante, que es hijo del que fuera ministro de Franco y está felizmente casado con Dora Oñate, que no se encontraba a bordo. Se da la circunstancia que el padre de ella , Virgilio Oñate, ingeniero de caminos, fue ministro de Agricultura en el primer gobierno democrático de España.
El matrimonio formado por López de Letona y Oñate vive en Madrid y suelen veranear en Palma. Son íntimos de Marta Gayá desde hace años y comparten cenas y almuerzos en sus respectivas casas, además de excursiones en el barco. Acaban de ser abuelos y de ahí que Dora no estuviese en la embarcación con su marido y amigos.
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